Historia y Significado del Itá en Ocha Ifá
La práctica del Itá en la Regla de Ocha y en Ifá proviene del concepto yoruba “Itán”, que significa historia sagrada, relato o testimonio ancestral. En Yorubalandia (lo que hoy es Nigeria y Benín), los sistemas de adivinación como Ifá y la consulta a los Orishas eran fundamentales para transmitir sabiduría espiritual, valores morales y conocimiento del destino humano. A través de los odun, el sacerdote revelaba mensajes que contenían proverbios, patakís (relatos sagrados) y enseñanzas que ayudaban a la persona a vivir en armonía con su Ori (conciencia divina), los Orishas y el universo espiritual. Estas consultas no solo eran diagnósticas, sino también instructivas, indicando lo que debía hacerse para restaurar o mantener el equilibrio espiritual.
Con la llegada forzada de los yorubas a América durante la trata transatlántica, estas prácticas se preservaron y adaptaron, especialmente en Cuba, dando lugar a la Regla de Ocha (Lucumí) y al Ifá afrocubano. Dentro de este nuevo contexto, el Itá se formalizó como una parte esencial de los procesos iniciáticos, especialmente en ceremonias como el Kariocha (coronación de un Orisha) y en el Awofakan o Ikofá de Orunmila (en Ifá). El Itá revela el destino del iniciado, sus tabúes (ewó), caminos espirituales, desafíos y bendiciones, todo lo cual se registra en la libreta de Itá. Su importancia radica en que establece un contrato espiritual entre el iniciado, sus Orishas y su destino, marcando la ruta que deberá seguir con conciencia y compromiso durante toda su vida