Dentro de la Regla de Ocha (Lucumí), el sistema de adivinación con Dilogún tiene sus raíces en la religión yoruba de África Occidental, donde era uno de los métodos utilizados para comunicarse con los Orishas. Cuando los yorubas fueron llevados a Cuba como esclavizados, preservaron su conocimiento espiritual a pesar de la represión colonial, sincretizando su religión con elementos del catolicismo, dando origen a lo que hoy conocemos como Regla de Ocha.
En este contexto, el Dilogún (uso de caracoles consagrados) se convirtió en la herramienta principal de adivinación para los santeros y santeras que no estaban iniciados en Ifá, el cual emplea un sistema distinto (ikín u opelé). El sistema de Dilogún conservó los odun, los proverbios sagrados y los patakíes de la tradición oral yoruba. Se volvió esencial para determinar el estado espiritual de una persona, guiar ceremonias de iniciación, y atender asuntos personales o comunitarios mediante la consulta con los Orishas.
Transmitido de manera oral a través de linaje e iniciación, el Dilogún en la Regla de Ocha sigue siendo una tradición viva y sagrada, fundamental para mantener el marco espiritual y ético de la religión.
En la tradición Lucumí, la lectura de Dilogún es un método sagrado de adivinación que utiliza caracoles consagrados para recibir mensajes directos de los Orishas. A través de esta antigua práctica yoruba, revelamos tu estado espiritual, identificamos bendiciones (iré) u obstáculos (osogbo), y mostramos el camino hacia el equilibrio, la protección y la alineación con tu destino.